Los anuncios publicitarios, cada vez más ingeniosos y más atractivos. Ciertamente, siguen realizándose muchos anuncios de calidad dudosa y enfoque desacertado.Pero, gracias a la progresiva difusión que ha tenido la animación digital, el porcentaje de espacios publicitarios que utilizan aspectos extraídos directamente de la fantasía es cada vez mayor.Vamos a repasar algunos para comprobar que no estamos exagerando al afirmar esto. Y también para confirmar la conclusión a la que deseo llegar: la fantasía está en todas partes, aunque el público sea reticente a la hora de admitirlo, y, de hecho, convivir con ella nos resulta completamente natural. Es una forma de expresar nuestras necesidades, nuestros sueños, nuestros deseos, como si fuera una metáfora de la realidad anhelada.En el mundo de los automóviles, abundan los ejemplos. Desde el desdoblamiento físico del Nissan Micra, cualidad que garantiza a su dueño que la tecnología de la que está dotado le permitirá llegar a tiempo a donde sea, hasta la actitud británica del nuevo Ford Mondeo, cuya aparición llena de elegancia provoca que decenas de coches sean izados sobre Londres por manojos de globos, a ritmo de piano. Resulta imposible olvidar los clones del dúo musical Estopa, que montan de serie en cada Skoda, o el famoso Citroen C4, que cobra aspecto humanoide por arte de magia (si lo vendieran así y fuera de verdad un Transformer sería divertido).En otros casos, la fantasía aparece en forma de fábula, como ocurre con los peluches vivientes que, de dos en dos, se arrastran ansiosos para montarse en el SEAT Altea.Si alguna vez nos habíamos preguntado qué podía ocurrir dentro de un expendedor de latas de refresco, Coca Cola nos dio la respuesta con el maravilloso universo de la Fábrica de la Felicidad, en el que extrañas criaturas adoran el sagrado líquido negro y procuran que nunca se agote. Nuestra imaginación podría seguir volando, como los portátiles que parecen pájaros en la promoción de Internet móvil de Movistar o como la mariposa que sale de un bostezo en el anuncio que anticipaba la llegada de la primavera en El Corte Inglés, mientras la vegetación se adueña de todo: terrazas, fachadas, vagones de metro, calles, viviendas, etc. Sin embargo, el premio en surrealismo onírico se lo llevó la campaña de turismo en Castilla La Mancha, con aquellos enredos fabulosos y laberínticos que parecían la obra de un M. C. Escher falto de cordura.Algunos anuncios provocan la risa, como ocurre con Daikin. Para demostrar que uno de sus aparatos de aire acondicionado puede estar conectado eternamente sin que nadie se entere, hacen un recorrido a través del tiempo y entrevistan a personajes variopintos como Mozart, Hamlet o la Momia, algunos reales y otros ficticios.Otros apenas captan la atención del espectador, porque producen cierta repulsión, como el de los duendecillos de ADSL Yacom. No es el único que produce sensaciones contradictorias: el anuncio de Michelin parece extraído de una película de terror, debido a ese muñeco de aspecto espectral que juega con un niño.
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Mundo Ficticio de la ciencia ficción: Crea una realidad posible desde las oportunidades que la ciencia actual otorga como proyección tecnológica en el tiempo
Mundo utópico: Proyección del mundo cotidiano, pero dirigido hacia una idea de sociedad que, aunque no es parte de la realidad, se asienta en las mismas estrategias de verosimilitud del mundo cotidiano.
Proyección del mundo ideal.
Mundo onírico o fantástico: Engloba a todas las obras cuya historia presenta quiebres con la lógica cotidiana que aparece en la vigilia, tal como puede suceder en los sueños. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho provoca la sensación de extrañeza, estamos frente a la representación de un mundo onírico o fantástico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista humano se transforma repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración de un mundo de este tipo.
Mundo mítico: Corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los cuales se deduce el origen de una cultura o un fenómeno de la naturaleza (por ejemplo, el origen de las estaciones en el mito griego de Deméter, o el del día y la noche en el mito náhuatl de Nanahuatzin y Tecuciztécatl). Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas sobrenaturales o divinas, ancladas en un imaginario específico, generalmente religioso (dioses, semidioses, héroes, por ejemplo
lSi bien cada mundo creado por la literatura difiere de cualquier otro, es posible establecer algunas categorías para clasificar determinados tipos de mundo. Esto significa que un conjunto de obras literarias responde a una serie de características que las hacen utilizar una misma estrategia de verosimilitud respecto del mundo que representan