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Al ver este video, haz el tuyo en movie maker en donde recrees un mundo ficticio con todo lo aprendido en clases
- La nave de un millón de años’, de Poul Anderson. Diez inmortales recorren la historia perseguidos por el oscurantismo y buscándose unos a otros hasta que coinciden en la época del despegue aeroespacial. Juntos deciden que el destino que les brinda su particular morfología es el de explorar el infinito del cosmos. Anderson, de origen escandinavo, es uno de los autores más destacados de la edad dorada de la fantasía y la ciencia ficción americana.
- ‘La radio de Darwin’, de Greg Bear. Un virus de transmisión sexual se expande sobre la tierra, provocando un alarmante número de mutaciones en los fetos en gestación que llevan a los niños a nacer muertos. Sin embargo, los cambios que se aprecian en su organismo parecen indicar un fenómeno de especiación, un drástico cambio evolutivo. Greg Bear es premio Nebula de Ciencia-ficción y autor de una precuela a la Fuindación de Asimov. Sus relatos han sido elogiados por Doris Lessing y es yerno del autor precedente, Poul Anderson.
- ‘Las crónicas marcianas’, de Ray Bradbury. Un clásico donde los haya, que relata los desafortunados avances de la colonización humana sobre el planeta Marte y sus fracasos a la hora de aprehender la diferencia, la distancia o la soledad. Bradbury, famoso por su otra gran novela Farenheit 451, es uno de los autores más significativos del siglo XX por su habilidad para ilustrar dramas sobre la condición humana bajo los ropajes de la fantasía y la ciencia-ficción.
- ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, de Philip K. Dick. No, no basta con haber visto Blade Runner, hay que leerse el denso relato que la inspiró. En un mundo contaminado y moribundo Rick Deckard persigue andrillos, formas de vida sintéticas que ignoran que lo son. Un reflexión turbadora sobre lo que otorga y lo que arrebata la humanidad. Dick es el maestro del uso de la ciencia-ficción para explorar los límites de la psicología y las posibilidades de la mente, lo que le convierten en una autor de culto absoluto.
- ‘Solaris’, de Stanislav Lem. Una estación espacial orbita alrededor del planeta Solaris, compuesto por un único e ininterrumpido océano. El personal científico que la habita intenta contactar con la inteligencia alienígena que percibe en el planeta, pero sus esfuerzos no tienen otra respuesta que la de hacer aflorar sus traumas reprimidos, dejándoles psicológicamente al desnudo. Junto con Dick y Robert A. Heinlein, Lem forma el trío de visionarios que configuraron la línea de ciencia-ficción psicologicista contemporánea.
- ‘Canopus in Argos’, de Doris Lessing. En realidad se trata de una saga de cinco tomos en la que se describen los devenires de una civilización espacial.
- ‘20.000 Leguas de viaje submarino’, de Julio Verne. Una de las piedras millares de la ciencia-ficción decimonónica. Un grupo de investigadores son secuestrados por el temible capitán Nemo, pirata y apátrida que posee el primer sumergible de la historia. Un enciclopedia de bolsillo que contiene todo el saber de la época sobre la ingeniería naval y las ciencias del mar, salpicada por inovidables escenas de la mejor tradición aventurera como la lucha contra el calamar gigante.
- ‘La guerra de los mundos’, de H. G. Wells. El preciso momento en el que nació la ciencia-ficción moderna. El narrador se convierte en involuntario corresponsal de la invasión de la tierra por parte de los marcianos, desde su misterioso y gargantuesco aterrizaje hasta los desesperados intentos finales de subsistencia de la especie humana, reducida al salvajismo por la potencia destructora del enemigo. Ha tenido incontables adaptaciones a otros medios, a las que aún desafía con la viveza y nervio de su prosa.
- ‘Los humanoides’, de Jack Williamson. Una civilización espacial crea a los humanoides para que sean sus esclavos, pero demasiado tarde se dan cuenta que pueden convertirse ellos en los dominados por su creación. Williamson es otro histórico que fue conocido como “El decano de la ciencia-ficción estadounidense”. Es el responsable de acuñar el término “terraformación”.
- ‘El día de los trífidos’, de John Wyndham. Sin duda una de las mayores obras de culto geek . Los trífidos son una especie de planta genéticamente modificada capaz de sentir y actuar que se libera sobre la Tierra cuando se estrella un meteorito, que también provoca la ceguera a la mayoría de los humanos. Los supervivientes deben enfrentarse a su propia discapacidad, a bandas rivales y a la voraz extensión de trífidos. Dio lugar a una película muy del gusto friki.
A continuación luego de leer las reseñas, elige un libro de la lista y elabora un breve ensayo crítico donde evalues el punto de vista del autor.
Los anuncios publicitarios, cada vez más ingeniosos y más atractivos. Ciertamente, siguen realizándose muchos anuncios de calidad dudosa y enfoque desacertado.Pero, gracias a la progresiva difusión que ha tenido la animación digital, el porcentaje de espacios publicitarios que utilizan aspectos extraídos directamente de la fantasía es cada vez mayor.Vamos a repasar algunos para comprobar que no estamos exagerando al afirmar esto. Y también para confirmar la conclusión a la que deseo llegar: la fantasía está en todas partes, aunque el público sea reticente a la hora de admitirlo, y, de hecho, convivir con ella nos resulta completamente natural. Es una forma de expresar nuestras necesidades, nuestros sueños, nuestros deseos, como si fuera una metáfora de la realidad anhelada.En el mundo de los automóviles, abundan los ejemplos. Desde el desdoblamiento físico del Nissan Micra, cualidad que garantiza a su dueño que la tecnología de la que está dotado le permitirá llegar a tiempo a donde sea, hasta la actitud británica del nuevo Ford Mondeo, cuya aparición llena de elegancia provoca que decenas de coches sean izados sobre Londres por manojos de globos, a ritmo de piano. Resulta imposible olvidar los clones del dúo musical Estopa, que montan de serie en cada Skoda, o el famoso Citroen C4, que cobra aspecto humanoide por arte de magia (si lo vendieran así y fuera de verdad un Transformer sería divertido).En otros casos, la fantasía aparece en forma de fábula, como ocurre con los peluches vivientes que, de dos en dos, se arrastran ansiosos para montarse en el SEAT Altea.Si alguna vez nos habíamos preguntado qué podía ocurrir dentro de un expendedor de latas de refresco, Coca Cola nos dio la respuesta con el maravilloso universo de la Fábrica de la Felicidad, en el que extrañas criaturas adoran el sagrado líquido negro y procuran que nunca se agote. Nuestra imaginación podría seguir volando, como los portátiles que parecen pájaros en la promoción de Internet móvil de Movistar o como la mariposa que sale de un bostezo en el anuncio que anticipaba la llegada de la primavera en El Corte Inglés, mientras la vegetación se adueña de todo: terrazas, fachadas, vagones de metro, calles, viviendas, etc. Sin embargo, el premio en surrealismo onírico se lo llevó la campaña de turismo en Castilla La Mancha, con aquellos enredos fabulosos y laberínticos que parecían la obra de un M. C. Escher falto de cordura.Algunos anuncios provocan la risa, como ocurre con Daikin. Para demostrar que uno de sus aparatos de aire acondicionado puede estar conectado eternamente sin que nadie se entere, hacen un recorrido a través del tiempo y entrevistan a personajes variopintos como Mozart, Hamlet o la Momia, algunos reales y otros ficticios.Otros apenas captan la atención del espectador, porque producen cierta repulsión, como el de los duendecillos de ADSL Yacom. No es el único que produce sensaciones contradictorias: el anuncio de Michelin parece extraído de una película de terror, debido a ese muñeco de aspecto espectral que juega con un niño.
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